Hoteles
Las cadenas hoteleras modernas priorizan la implementación de una imagen propia y diferente que les confiera una imagen de marca con un estilo propio.
Todo está cuidadosamente estudiado: El interiorismo de los espacios comunes, ambientes de ocio, habitaciones, habitaciones, el logotipo, la publicidad, los uniformes del personal, etc.
Antes del diseño de interiores, es necesario determinar la idea subyacente, el concepto único que ayudará a que el hotel sea diferente y destaque respecto a la mayor cantidad posible de competidores.
El estilo solo tiene un condicionante, que la decisión del mismo no sea discordante respecto a las especificidades, el perfil, y el propósito de la institución.
Un estilo único utilizado en todas las áreas del hotel hace tiempo que dejó de ser un requisito obligatorio. Hoy, tal uniformidad transmite una sensación de monotonía que lo puede convertir en aburrido.
Hoy, la mezcla de ambientes diferenciadores y el eclecticismo vuelven a estar de moda. Al mismo tiempo, la armonía sigue siendo un requisito imprescindible. Ninguno de los elementos individuales del interior debe convertirse en el “protagonista”, la tarea principal es combinar todos los detalles en una misma línea.
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